HOMENAJE A LA ENERGÍA FEMENINA
No somos conscientes de ello, pero en estos momentos estamos viviendo una auténtica tragedia.
La gran tragedia ignorada y silenciada de nuestros tiempos.
Porque a pesar de que sucede ante nuestras mismísimas narices, nuestra estrechez de miras y nuestra patética falta de visión en perspectiva nos ocultan su tremenda magnitud y las calamitosas consecuencias que acarreará de cara al presente y al futuro.
Podemos decir sin dudarlo, que estamos perdiendo la última gran oportunidad para transformar a la humanidad y crear un futuro mejor.
Y cuando nos demos cuenta de la oportunidad perdida ya será demasiado tarde. Lo peor es que nadie toma consciencia de que está sucediendo y de lo que realmente significa para todos nosotros.
¿A qué nos referimos? ¿Cuál es esa oportunidad?
Para comprenderlo mejor, antes debemos responder una pregunta: ¿Quién tiene la fuerza para transformar las sociedades?
¿QUIÉN TRANSFORMA LAS SOCIEDADES?
La respuesta adecuada se encuentra entre los siguientes contenidos.
Si despertaran. . . Si pudieran alcanzar a comprender su Verdadero valor. . . Si fueran capaces de prestar atención a su voz interna. . . Si se decidieran a dejar lo banal, la moda, el glamour y se concentraran en sus poderes. . . ¡La faz de la Tierra cambiaría! ¡Serían las dueñas del mundo!
Por esos poderes intrínsecos, por su tremenda representación de la Diosa; es que se les ha engañado a lo largo de los tiempos y se les ha hecho creer que Su Cuerpo es divino, importante, valioso y; que a través de él alcanzarán cuanto quieran. Llega a ser verdad, pero; sólo han alcanzado la punta del ovillo y el verdadero festín lo disfrutan los manipuladores. Ellos ostentan el poder que les pertenece a. . . ¡Ellas! Vaya dicotomía!!
Veamos por qué. . .
Tal vez a estas alturas, nadie ha oído hablar de él. Las ancianas recuerdan con un suspiro las historias y los “cuentos de hadas” que relataban cosas sorprendentes de las mujeres. Los “estudiosos” lo llaman mitología, mientras la iglesia católica ha logrado tapar con un dedo la luz del sol. Es decir, ha realizado el “milagro” de borrar de las mentes de sus fanáticos feligreses, los horrores de la inquisición. Las hogueras, la práctica de desollar (quitar la epidermis), vivas a las condenadas, asarlas a la brasa, verter plomo derretido por su boca, o su vagina, descuartizarlas a tiro de caballos y mil aberrantes torturas más, creadas por las torcidas mentes de los “representantes” de un dios con d minúscula inventado por ellos mismos.
Este tipo de especiales martirios lo efectuaban los curitas, por piedad y amor a su dios, ya que según su propio decir, estos se realizaban con el ánimo de purificar el alma de quienes padecían aquellos, y enviarlos vía DHL directito al cielo, al seno de Abraham, a tocar arpa y lira por los siglos de los siglos, lo cual es un tormento mayor, pero por supuesto, menos doloroso.
¡No! ¡No era ni es cierto! La “santísima” inquisición, se creó para perseguir a los sabios, a los doctos, a los iluminados, pero; muy especialmente a las Diosas, a las Vestales, a las Oráculo, y, a aquellas mujeres que de una u otra forma tuvieran algún tipo de conexión con los elementales, las ninfas, las hadas, los ángeles (véase Juana de Arco). Donde había o hubo inspiración, superintuición, sabiduría, pureza, poder; ¡especialmente este último! El poder de la Adivinación, Oráculo, Sanación, Videncia, Ubicuidad; allí hubo persecución, horror, exterminio.
Veamos cifras:
Suiza: 4000 personas ejecutadas de un total de un millón de personas (4 por cada mil).
Polonia-Lituania: unas 10.000, en una población de 3.400.000 (casi 3 por cada mil).
Reino Unido: Miles de ejecutados. Destaca además que en este país protestante existió la figura de los punzadores que se dedicaban a «cazar» y ejecutar brujas de forma lucrativa. Se calculan entre 20 y 30.000 las “brujas” asesinadas
Alemania: donde más gente es ejecutada, hasta un total de 25.000 personas de unos 16 millones (1,5 personas por cada mil).
Dinamarca-Noruega: 1.350 de 970.000 personas (1,4 por cada mil).
España: De los 125.000 procesos llevados por la inquisición, 10.000 fueron ajusticiadas en la hoguera.
Italia: 36.
Portugal: 4.
En total la generalidad de la caza de brujas se produjo en el norte de Europa, con más de 80.000 ejecuciones, la gran mayoría de los ajusticiados por brujería fueron mujeres.
¿Por qué? ¡Por su inmenso poder! Digámoslo claramente de una vez por todas. . . ¡Por el poder de la SANGRE! Un PODER, hoy prácticamente olvidado. . .
Un poder que hoy clama desde lo profundo de cada fémina por ser redescubierto, pero; cuya voz a todas luces parece ser menos fuerte que la del mundo, la moda, el maquillaje, el modelaje, el culto a la silueta, la adicción al celular y a sí misma. Presa en las redes de la manipulación, se ha prestado y se presta para seguir el ritmo que le imponen y no su propia música. Los millones de páginas de pornografía, revistas de modas y la utilización del cuerpo femenino en un márketing que va desde cámaras fotográficas, pasando por licores, cigarrillos, alimentos y, ¡hasta de llantas! Prueban las afirmaciones anteriores.
Sin embargo, por nuestras venas no corren el derrotismo ni el desaliento. Estamos convencidos que un día no muy lejano, La mujer, con todo cuanto entraña esta palabra, ¡despierte! Si una de ellas lo hace completamente, podrá trazar el camino hacia la restauración de esa energía sinérgica, equitativa e imparcial de otrora tiempos. Entonces. . . se iniciará la nueva era de la Luz.
Oro porque así sea. . . . .
Publicado por eldossiersalud en Mayo-2014.
El mundo lleva sufriendo durante los últimos miles de años un gran desequilibrio. Lo que debería ser una danza, la danza de Shiva y Sakti, donde el papel de lo masculino sería venerar y sustentar a lo femenino, a LA TIERRA, se ha convertido en la dolorosa tiranización de uno de sus aspectos, el aspecto yang, lo masculino. En la historia de la evolución de la conciencia humana, lo masculino, unido al hemisferio izquierdo, a los valores activos, racionales, analíticos, a la voluntad, a la fuerza y a la acción en la materia, cayó en la ilusión de su superioridad, frente a ese otro lado, el yin, caracterizado por los valores receptivos, intuitivos, de sensibilidad, de sentimiento, de unión con las cosas, de conocimiento directo que no pasa por el proceso racional. Valores ligados al hemisferio cerebral derecho y a la energía del corazón. Valores no comprendidos, denostados y percibidos con temor por el mundo masculino y que han sido considerados tradicionalmente como síntoma de debilidad, además de haber llevado a la hoguera a multitud de mujeres en la historia.
Seguimos viviendo en una civilización esencialmente masculina y la jugada de la oscuridad es perfecta. Durante miles de años lo masculino ha machacado a lo femenino y ahora le vende su propia liberación: «hazte como yo»; libérate abrazando los patrones masculinos de competitividad, hazte agresiva, hazte soldado, practica una sexualidad activa y separada del corazón, métete en la rueda de la competitividad y el «éxito», aunque eso lo pagues con un gran estrés interno (no es casualidad ver hoy en día a tantas mujeres fumando compulsivamente, como medio de aplacar el dolor producido por la desconexión con ellas mismas), sepárate de tu feminidad, considera tu regla como algo molesto, un impedimento (para seguir en la rueda del mundo masculino), toma la píldora (u otros inventos masculinos), aún a costa de destruir tu ciclo y separarte de la energía de tu vientre y un largo etcétera… Lo que se ha llamado la «igualdad de la mujer» no es más que sólo eso: en un mundo dominado por la energía masculina, «no te preocupes, por fin puedes ser como nosotros». Con eso se cierra el círculo y se asegura que el mundo no cambie, que el ser humano siga esclavizado, sin poder acceder a la totalidad de su conciencia.
Aún así, las cosas ya han comenzando lentamente a cambiar. El final de esa era yang está llegando a su fin y lo femenino, la Diosa, tiene que tomar su poder, equilibrando el mundo. La sanación de la Tierra depende de eso. En eso la humanidad se juega ni más ni menos que su supervivencia. Y cuando decimos que lo femenino debe tomar su poder, no nos referimos exactamente a que la mujer deba tomar el poder. No estamos hablando de «feminismo».
Nos referimos a algo más amplio, más profundo, más interno. A un cambio de conciencia en el ser humano, tanto en el hombre como en la mujer. A un cambio de conciencia que refleje precisamente esa «danza» que el Tantra entendió tan bien. Una danza de equilibrio y de amor, donde lo femenino, bajo la protección y el apoyo de lo masculino sanado, sea la energía que conduzca al mundo a una nueva dimensión, a una nueva percepción, en conexión con lo divino que está en todo lo que nos rodea.
Para que este proceso pueda plasmarse en la realidad, el hombre como ya explicamos tiene que sanar y abrir su corazón. Pero la mujer, canal principal en la Tierra de esa energía femenina tiene un papel principal. La mujer debe comprender cuál es su verdadera esencia, donde está su auténtica liberación y sanar todo aquello que la impide encarnar el poder de la Diosa. La misma sanación de la mujer y esa toma de su verdadero poder, ayudarán al hombre también a curarse, al deshacer todo el rencor y toda la energía atrapada a través de historias de cientos y cientos de reencarnaciones.
Para que la mujer pueda acceder a la energía de su corazón, su verdadera esencia, debe primero sanar su vientre, curar la herida ancestral de lo femenino. En prácticamente toda mujer encarnada hoy en la Tierra existe esa herida. Es la herida formada por todo el dolor acumulado en el inconsciente colectivo de la humanidad por los miles de años de represión y utilización de lo femenino. Es también la energía inconsciente del rencor contra lo masculino que se manifiesta especialmente en las relaciones de pareja, pero que está ya ahí desde el momento del nacimiento, reflejada desde el principio en la relación con el padre progenitor, arquetipo de lo masculino.
Aunque la mujer de forma generalizada está despertando, muy pocas mujeres han realizado todavía el trabajo de abrazar, hacer consciente y liberar esa herida del dolor y del rencor. En tanto esa herida no se sane, la mujer no podrá liberarse, siguiendo atada a lo masculino, y por ende, siguiendo también nuestro mundo atado a lo masculino.
Sanar la herida es perdonar, que es realmente liberar a los demás y liberarnos a nosotros mismos. Es desatar lo ilusorio. El pasado que solo está en la mente. Mientras no perdonamos quedamos atados a aquello contra lo que reaccionamos y es lo que una y otra vez llamaremos y crearemos en nuestra propia vida. Todo esto se mueve normalmente a niveles inconscientes y es ahí precisamente donde debemos actuar, observándonos, haciéndonos conscientes de todo eso que estaba antes oculto y que no podíamos ver. Es un trabajo de elevación de la conciencia. Cuantos más hagamos el trabajo, más fácil será para el resto.
Para perdonar es muy importante ver las cosas con más amplitud. Comprender que todo esto no es un tema personal, que es la historia de la humanidad, la historia de cientos y cientos de reencarnaciones, donde todos hemos pasado por todo. Unas veces como hombres, otras como mujeres. Lo que realmente estamos haciendo es liberar el karma de la humanidad, desde la mujer o el hombre que hemos elegido ser en la encarnación actual.
El verdadero poder de la mujer no está en «igualarse» al hombre en su «fuerza», en su «racionalidad», no está en afrontar la vida desde su mente conceptual, analítica y discursiva. Ahí la mujer se pierde a sí misma y realiza una vana labor de liberación de lo femenino. La mujer también tiene que desarrollar su lado masculino, su mente racional y analítica, su hemisferio izquierdo, para equilibrarse. Sin un desarrollo de su lado masculino, la mujer no puede estar completa en la Tierra y todas esas características yin la arrastrarán a un mar de confusión, de emocionalidad, de inestabilidad, de falta de sobriedad. Podrá percibir muchas cosas, pero no podrá procesarlas, no podrá colocarlas, quedándose en un mundo vago y difuso, difícil de expresar. Es a través de las características yang (masculinas) como se puede dar forma a ese mundo, si no, demasiado etéreo. Pero este desarrollo de su parte yang, siempre debe estar dirigido desde su parte femenina, es como el sustentador que da equilibrio en el mundo. Pero no está ahí su verdadero poder.
Esa necesidad de muchas mujeres de «demostrar» su valía en el mundo masculino, es una necesidad ligada a la relación con el padre no aclarada. La figura del padre debe ser recapitulada profundamente en cada mujer. Es un trabajo de liberación. Mientras una mujer no ha bajado a los entresijos de su relación con el arquetipo masculino, para ver todo el dolor emocional, toda la ira y toda la culpabilidad allí existentes, no podrá ser ella misma, se encontrará atada a esa energía que la desestabilizará, que reproducirá una y otra vez en los patrones de su vida, en sus relaciones, en su sexualidad. No podrá expresar su feminidad, su verdadero poder.
En el otro lado, la mujer debe volverse hacia el arquetipo femenino, hacia la madre. También ahí es necesario un trabajo de perdón y liberación. Un trabajo de comprensión que lleve a retomar el contacto con la esencia femenina, más allá de los desequilibrios normalmente existentes en toda relación madre-hija. Es normal que para la mayoría de las mujeres de hoy en día, la madre no haya aportado suficiente «presencia» femenina en su desarrollo. Más allá de esta realidad de la relación con la propia madre, debemos comprender que lo femenino arquetípico transciende la madre física. Que es posible conectar con «la energía de la madre» a través de la Tierra y también a través de la comunión con otras mujeres.
El vientre de la mujer debe ser sanado, para que la Diosa se pueda manifestar. Y hoy en día el vientre de la práctica totalidad de las mujeres se encuentra impregnado a nivel celular de la herida de siglos de dominio y deshonra de la Diosa. Las relaciones sexuales no han hecho, ni hacen, más que agravar dicha herida. Todo pene no purificado de la mente y emocionalidad masculina, que entra dentro de una mujer, no hace si no potenciar el dolor allí existente, el dolor del desamor, de la no veneración a la Diosa. El contacto con un pene que ha conectado con el corazón, facilita, es más, activa, el proceso de curación en el vientre de la mujer. Por eso es sumamente importante relacionarse con parejas que estén en el camino de poner consciencia en la sexualidad. No se trata de renunciar a la libertad sexual, pero ya no podemos dejar que entre cualquier energía dentro de nosotros. Debemos empezar por honrarnos a nosotros mismos.
La energía femenina es una energía ligada al corazón y a la unión con el Espíritu y con todo lo que nos rodea y es desde el corazón desde donde nuestro mundo será sanado.
Texto publicado por Jesús Gómez (Keshavananda) en la revista «Espacio Humano», Octubre-2004.
Con la re-aparición de la energía Femenina Divina sobre el planeta, ha habido mucha confusión en las vidas tanto de hombres como de mujeres en términos de nuestros nuevos roles y formas de “ser” como co-creadores conscientes. Estos desequilibrios y dificultades llegan como resultado de nuestras creencias internas y condicionamientos transmitidos de generación en generación, y así nuestro ser superior y más profundo sabe que un gran re-despertar está ocurriendo.
Durante mucho tiempo, el aspecto Femenino Divino ha sido sometido, ignorado y pasado por alto, causando un desequilibrio en favor de las energías masculinas. Ha sido de esta manera por tanto tiempo que se ha convertido en una parte “conocida” de la consciencia del mundo. Afortunadamente, esto está cambiando. Este es un tiempo de celebración tanto para lo masculino como para lo femenino, ya que ahora es posible un nuevo equilibrio de energías, emergiendo los aspectos masculinos y femeninos en nosotros mismos. A través de hombres y mujeres completándose a sí mismos, el planeta se completa también. Esto es equilibrio interno y externo.
La energía Femenina Divina es el flujo interno. Es acerca de receptividad y complemento. Es acerca de confianza e intuición. Es acerca de creer en nuestra valía interna por “ser”, y no basada en el equivalente masculino de “hacer”. Es acerca de equilibrar la tranquilidad y la acción. Unirse a otros de un modo más verdadero. De convertirse en el todo. Y a través de nuestra totalidad, encontrar a nuestra contraparte, que eres tú completamente reflejado en el otro.
La energía Femenina Divina nos trae un nuevo homenaje por el espíritu femenino. Es acerca de dar poder y reclamar nuestra divinidad como mujeres. Y al mismo tiempo, les regresa el equilibrio a los hombres. Como mujeres, debemos comenzar a honrarnos a nosotras mismas. Y los hombres deben comenzar a honrar sus aspectos femeninos más que nunca, y empezar a observar el aspecto femenino con mayor consciencia y agradecimiento. Esto nos traerá un equilibrio sanador de paz, armonía, y amor por todo como nunca antes se experimentó sobre el planeta.
Internamente, las energías masculina y femenina necesitan estar trabajando como un equipo. Las necesidades femeninas de vencer sus patrones de víctima y salvadora, y las masculinas, su insistente y agresivo deseo de controlar lo femenino.
Los hombres tienen el potencial de honrar el don del poder de las mujeres a través de dar y proveer para sus necesidades y su visión. Al hacerlo, aprenderá a guiar su energía para satisfacer las necesidades de ambos, por el bien del todo. Cuando él le da a ella, que es el don natural de la masculinidad, ella le regresará mucho más de lo que le han dado, y el ciclo de la infinita abundancia será concedido.
Conforme los hombres aprenden a rendirse internamente a sus parejas femeninas, lo que representa “ser” y conectarse con la Fuente, esto les dará un apoyo infinito y recursos, y expandirá los poderes masculinos y manifestación de habilidades.
La siguiente historia es una representación maravillosa y literal de las energías masculina/femenina equilibradas y manifestadas en el mundo real.
LA SIGUIENTE METÁFORA DESCRIBE LA RELACIÓN ORGÁNICA ENTRE HOMBRE Y MUJER, EXPRESANDO SU POTENCIAL A TRAVÉS DEL FOLKLOR LAKOTA SIOUX. LA IMAGEN FUE RECIBIDA A TRAVÉS DEL LAKOTA SIOUX HENRY HOUSTON.
La visión es de una hermosa yegua salvaje corriendo libremente a través de la llanura abierta, con su melena moviéndose con el viento. La fuerza de sus poderosamente esculpidas piernas se funde con la tierra, creando majestuosamente su propio ritmo en tributo a la Fuente. Ella es expresión pura y fundamental del poder creativo.
Lo que es posible para ella se transforma totalmente cuando su amado la está montando, la fuerza masculina que conoce y respeta su poder. Es a través de su rendición hacia ella que él es capaz de convertirse en uno con ella. Su liderazgo maestro y su entendimiento del poder de ella, de sus deseos y de su visión, guían y dirigen las poderosas energías de una manera que manifiesta el mayor bien por la colaboración unificada. Él le pone arneses a un final propuesto por ambos.
Él no teme ni compite con su magnífico poder. A través de la rendición y la unión, él experimenta su Verdadera Naturaleza más allá del mundo de la forma y esto desencadena su propio poder espiritual. ¡Él es libre! Ella se rinde con agradecimiento a su liderazgo, estabiliza su energía, y permite su manifestación en el plano físico. Ambos tienen poder por la unión. Aún cada uno de ellos permanece de pie soberanamente en su propio poder. De la unidad equilibrada se crea una tercera fuerza, un flujo natural de energía sinérgica entre ellos que combina su totalidad individual en una infinitamente expandida totalidad juntos. Toda la creación se une a la celebración de esta Unión Divina.
Copyright 2009 Heather Fraser — www.heatherfraser.com Ontario, Canada
Sobre Heather Fraser
Heather Fraser, nacida el 30 de Diciembre de 1963 en Toronto, se mudó a África a la edad de 9 años. Fue aquí donde Heather comenzó a entender la conexión de todo lo viviente y llegó a conocer la gracia y la sabiduría de los mundos natural y esotérico. Su viaje infinito de transformación y sanación, la ha llevado al destino más rico y más buscado siempre – casa – el alma. Este lugar de profunda consciencia y auto-aceptación de sus especiales dones de sensibilidad, empatía e intuición, le han dado toda la pasión e inspiración necesarias para escribir y enseñar lo que ha aprendido acerca de honrar al Ser y nutrir el alma – el verdadero propósito de nuestra existencia. Heather se especializa en consejería, re-educación, y validación profunda de aquellos que son altamente sensibles, intuitivos, empáticos, ayudándolos a aceptar estos rasgos como los dones que tienen y a expresarlos orgullosamente y sin vergüenza.
Es una escritora dotada, prolífica y exitosa, además de poeta y conferencista con lectores alrededor del mundo, así como practicante de Sanación Reconectiva, de Tocar para Sanar Nivel III, y una antigua Consultora Nutricional Holística, RNCP. Heather es la orgullosa madre de una hija llamada Sage, quien es también altamente intuitiva, sensitiva y empática. Viven juntas en Ontario, Canada, con su gato y su divertido pájaro. Para más información, o para contactar a Heather, por favor visita su sitio en www.heatherfraser.com
Mi corazón de mujer es rociado con el dulce néctar de sanación que la Madre Cósmica me entrega. En este momento soy parte del Círculo Sagrado de Mujeres de Luz, y unida a mis hermanas, activo mi fuerza espiritual para irradiar energía amorosa a través de mis manos y mi conciencia. Te pido Madre Cósmica que bendigas mis manos y las manos de mis hermanas en todo el mundo para poder canalizar aquí y ahora tu Luz Sanadora hacia la Madre Tierra. Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu paz. Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Luz. Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Amor. Ayúdanos a despertarnos como Mujeres Sagradas, guerreras del Amor, defensoras de la Vida. Acompañada por la Fuerza espiritual de todas mis hermanas envuelvo a la Tierra en una Luz intensamente Violeta y la limpio de todas las heridas.
Libero en este instante su dolor y sufrimiento y envuelvo a la Tierra en una serena Luz Rosada, llenando de vibración amorosa cada rincón de este planeta. El poder gestante de mi útero se une al poder gestante de los úteros de mis hermanas, y entre todas formamos un círculo sagrado de protección para la Madre Tierra. Estando juntas y conscientes de nuestro poder femenino unificado, nuestro Amor es un arma concreta, más poderosa que cualquier arma de guerra. Abro en mis circunstancias actuales canales hacia la Gracia Divina. Me comprometo a Ser Guardiana de la Madre Naturaleza, amando y cuidando todo lo que la Diosa ha creado en la Tierra. Me comprometo a mantener viva esta oración día tras día, fortaleciendo el Círculo de Mujeres de Luz. A través de mis actos cotidianos me comprometo a sembrar Amor en la Tierra.