En esta ocasión presento dos breves y excelentes cuentos «NO SE HAN PODIDO LLEVAR LA MÚSICA» y «EL REY SE PUSO DE PIE» acompañados del magnifico vídeo «TODO LLEGA A SU DEBIDO TIEMPO…«con el firme propósito de provocarte la reflexión.
Espero que el conjunto te resulte inspirador si estás viviendo un momento o situación que consideras “limite” en este concreto momento de tu vida.
NO SE HAN PODIDO LLEVAR LA MÚSICA(NARRACIÓN)TODO LLEGA A SU DEBIDO TIEMPO... (VIDEO) EL REY SE PUSO DE PIE(NARRACIÓN)
«A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, pero hay que saber decidirse por las más hermosas» – Maurice Maeterlinck
Se dice que era un mago del arpa. En la llanura de Colombia no había ninguna fiesta sin él. Para que la fiesta fuese fiesta, Mesé Figueredo tenía que estar allí con sus dedos bailadores que alegraban los aires y alborotaban las piernas.
Una noche, en un sendero perdido, fue asaltado por unos ladrones. Iba Mesé Figueredo de camino a unas bodas, él encima de una mula, encima de la otra su arpa, cuando unos ladrones se le echaron encima y lo molieron a palos.
A la mañana siguiente, alguien lo encontró. Estaba tendido en el camino, un trapo sucio de barro y sangre, más muerto que vivo. Y entonces aquella piltrafa dijo con un hilo de voz:
– “Se llevaron las mulas.”
Y dijo también:
– “Se llevaron el arpa.”
Y, tomando aliento, rió:
– “¡Pero no se han podido llevar la música!”
Eduardo Galeano
«(..) Para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo; renunciamos al interés por el resultado.» – Deepak Chopra
Fue un impulso superior, desconocido, irrefrenable. Jorge II, monarca de Gran Bretaña e Irlanda al escuchar los primeros acordes sólo atinó a erguirse; y con él en un movimiento único, todos lo presentes hicieron lo mismo.
Desde entonces es tradición en Inglaterra escuchar el Aleluya de Haendel, de pie, una pulgada más cerca de Dios. Y luego se fueron y contaron de puerta en puerta, que había sido creada una obra musical como no existía otra en la Tierra. Y una sola palabra, hecha torrente musical desde 1741, eleva la condición humana a la gloria de su real naturaleza: Alegría.
Pero muy pocas personas conocen en qué situación de vida se encontraba Jorge Federico Haendel cuando fue visitado por la gracia de una inspiración superior. Enfermo; desahuciado por los médicos; censurado por la estética musical inglesa; con riesgo de ir a la torre de Londres, en prisión por deudor moroso; no quería vivir; sin fuerzas; mal alimentado, destruido por la depresión, asistido por su empobrecido criado; si horizontes, ni alegría alguna «!Basta conmigo… Sin fuerza… no quiero vivir sin fuerza» repetía. Estaba acabado. Tenía 56 años.
En la cerrada noche de su desesperación Haendel increpó a Dios: por indolente, por distraído, por cruel. Como única respuesta un rayo imprevisto irguió su derrumbada contextura, mientras en su abandonada mesa de trabajo leyó «!confórmate! y dí con fuerza tu palabra»
Haendel inclinó su cabeza, ahora sacudida por una tempestad, sobre las viejas hojas de música. Había desaparecido el cansancio; era todo un goce creador. Durante 14 días con sus 14 noches, no comió, ni durmió, como si hubiese enloquecido. No dejaba de trabajar y de cantar. Quería levantar su testimonio de gratitud y júbilo.
Solo quien ha llegado a la raíz misma del dolor, puede saltar a la alegría con ese vigor. Su criado no podía controlarlo. Jorge Federico Haendel había resucitado con la Vida del Mesías, donde su Aleluya, Aleluya, Aleluya borró con luz expansiva toda la oscuridad de su vida.
«No quiero recibir dinero por esta obra. No es mía. Todo lo que produzca que sea para los enfermos y los presos. Porque he sido un enfermo y con ella me sané. Y he sido un preso, y por ella me liberé»
Bellísimo relato, les recomiendo leer del mismo autor «Las Venas Abiertas de América Latina».
Hermoso finde!