Sueños, Objetivos y Metas


Sueños, Objetivos y Metas: ¿qué diferencias existen?

Aunque a veces pensamos que significan lo mismo, son grandes las diferencias entre sueños, objetivos y metas.

Cuando hablamos de lograr las cosas que deseamos, a menudo las personas confunden los términos y es que entre tener un sueño, deseo o ilusión por algo a tener definidos una estrategia para lograr objetivos y metas, la diferencia es abismal.

En otras ocasiones también me he encontrado que hay muchas personas que ni siquiera saben que es lo que quieren o al menos no lo saben de una forma bien definida y clara. Es decir ni siquiera tienen claro lo que les motiva o ilusiona.

Sueños y deseos

Casi todas las personas tienen sueños, deseos o anhelos por cumplir. Es bueno y significa que no hemos perdido la capacidad creativa de pensar y visualizar lo que podemos llegar a ser o tener, pero a menudo los deseos se quedan solamente en la esfera mental, ya que lo único que estamos haciendo es “soñar despiertos”, dejando volar libremente nuestra imaginación, pero sin acompañarla con acciones.

Los sueños o anhelos además suelen estar en el largo plazo y ni siquiera nos planteamos como alcanzarlos. Esto también ocurre porque lo vemos algo lejano o fuera de nuestro alcance. Que consideremos una idea como un simple sueño es algo totalmente subjetivo, porque la experiencia demuestra que lo que a una persona le parece una quimera imposible de lograr, otros muchos la han hecho realidad.

En cualquier caso, los sueños por sí solos no manifiestan la decisión de ir a por ellos y convertirlos en realidad.

Objetivos y metas

Por difícil que te parezca, casi todos los sueños pueden materializarse y formar parte de tu experiencia en lo que llamas tu realidad, pero la diferencia principal entre el simple sueño y tener un objetivo, es que este último está definido de forma concreta y específica y además expresa nuestra firme voluntad y propósito de trabajar por él. Para que así sea lo reflejamos en un plan de acción al que llamaremos metas y que además estará fijado en el tiempo con una fecha de cumplimiento.

Muchas personas prefieren llamarles sub-objetivos u objetivos parciales, pero en cualquier caso, las metas vienen a ser como el plan de ruta que detalla en todo momento que pasos debemos seguir en el viaje hacia nuestro objetivo o destino.

El objetivo además expresa de una forma muy concreta y medible que es lo que queremos y las metas nos aclaran qué acciones vamos a llevar a cabo y en que momento las vamos a realizar para lograrlo.

El compromiso ineludible de hacer las acciones adecuadas es una de las razones principales por el que muchas personas abandonan sus sueños, ya que para ello debemos sacar lo mejor de nosotros mismos y mostrar virtudes como la perseverancia, la disciplina o la valentía para vencer nuestros miedos y también adquirir nuevos hábitos de comportamiento, que transformen nuestra actitud.

Una de las características de la persona que está comprometida con su desarrollo personal, es que continuamente se está fijando nuevos objetivos, que le sirven de reto y motivación para seguir creciendo en cualquier área de su vida.

Metas SMART

De forma más concisa, siempre es recomendable realizar un plan de acción a través de las metas SMART, pues esta es la mejor manera de concretar y desglosar su objetivo final.

Primero definiremos un Plan de acción basándonos en:

Specifica. Debe ser específica, concreta, ya que normalmente tendemos a divagar o a marcar metas demasiado genéricas. “Quiero facturar más” no es algo definido, pero “Quiero aumentar un 20% mi facturación este año”, si lo es.

Medible. Cuando hablamos de tiempo y dinero, las personas solemos dar opiniones en vez de datos. Tu meta debe poderse cuantificar y por tanto debe ofrecer medidores para poder valorar si estamos en el camino de lograrla. Lo ideal es que cada semana hagas una revisión de tu meta.

Alcanzable. Muchos objetivos no se logran porque no es posible desarrollarlos por falta de habilidades, destrezas, conocimientos o simplemente porque nos marcamos un horizonte temporal muy cercano. El hecho de alcanzar metas que nunca hemos logrado, es la «sal de la vida» y lo que supone un reto para seguir superándonos.

Realista. Es quizás el concepto más subjetivo que puede existir al hablar de metas, porque lo que a una persona le parece factible conseguir otra lo ve imposible, pero a fin de cuentas como las metas son algo personal e intransferible, debe ser realista para ti.

Tangible. La mejor manera es fijarla en el tiempo, ponerle fecha. Esto te ayudará a saber en todo momento como marcha tu plan de acción y si vas en línea a cumplir tu objetivo en el tiempo previsto que tú mismo fijaste.

Una vez realices tu plan de acción con metas SMART, el segundo paso es anotar los beneficios que obtendrás por alcanzarlas. Esto actuará en todo momento como el combustible que necesitas cuando vengan dificultades y las cosas no salgan como esperas, ya que en todo momento sabrás por qué estás luchando y hacia donde te estás dirigiendo.

Y el tercer paso es prever posibles contratiempos que puedan surgir en la consecución de la meta. Sabemos que en el camino a lograr lo que deseamos nos encontramos con distintos escollos, pero el hecho de tener la previsión de obstáculos que puedan aparecer y las posibles soluciones que podemos acometer nos dará tranquilidad y control de la situación.

Tanto si crees que tus objetivos son sencillos de realizar como si los ves complejos, ponlos siempre por escrito y en sitios visibles para tenerlos siempre presentes. Esto es algo muy fácil de hacer, pero produce una gran diferencia entre quienes logran resultados y quienes fracasan.

Existen muchos estudios en los que se demuestra que todo aquel que a menudo visualiza sus objetivos por escrito y trabaja por ellos, acaba cumpliéndolos, mientras que para el resto de personas las mismas cosas siguen siendo sueños sin cumplir.

¿Por qué a los buenos les suceden cosas malas y viceversa?

Es una pregunta frecuente cuando nos suceden determinados eventos negativos en nuestra vida y creemos que estamos haciendo lo correcto, mientras otras personas no lo hacen.

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